Entrevista a Arantxa Echevarría

  • Carmen y Lola refleja como en el mundo gitano el machismo es inherente. Además de ser mujeres hay que añadirle que son gitanas ¿Crees que Carmen y Lola tienen más dificultad para luchar por el feminismo?

Si, lo tienen más complicado, no solamente luchan contra la sociedad generalista que es patriarcal y donde vivimos el machismo día a día, sino que también luchan con una cultura en que la situación de la mujer siempre ha sido doblegada a la del hombre, un poco como generaciones anteriores. Y además el colectivo gitano no ha recibido la educación que podíamos recibir otros, la falta de preparación te obliga a mantener esos factores culturales, que quizás no son los que quieres, pero no tienes medios y acceso para poder cambiarlos. La tradición gitana es compleja, han sufrido mucho por parte de nosotros, los payos, los hemos ninguneado, pisoteado y ellos se han encerrado más en su mundo, lo entiendo, si yo fuera gitana probablemente sería igual, miraría con cierto recelo lo que viene de fuera. Es una revolución que tienen que liderar las mujeres gitanas. Siempre he intentado ser muy respetuosa con la cultura gitana pero he encontrado que su adolescencia es muy efímera, cuando cumplen 16 años cuando ya no es obligatorio estudiar, lo dejan y habitualmente se piden con algún joven… todo pasa muy rápido, enseguida tienen hijos, se han perdido otras experiencias que podemos tener los que somos de culturas diferentes.

  • Como mujer directora en el mundo del cine ¿Has sentido dificultades añadidas a tú trabajo? ¿Cómo influye en tu forma de crear?

Por supuesto, creo que era Coixet la que decía “Para demostrar lo mismo que el hombre tienes que trabajar el doble” yo añadiría “y cobrar la mitad”. Tampoco deja de ser un reflejo de la sociedad generalista, esto pasa en cualquier empresa, el consejo directivo está hecho por hombres, y cuando hay alguna mujer es porque funcionan con hombres muy masculinos. Por ejemplo en guion, se forman parejas de mujer y hombre y es muy difícil ver a una mujer sola como yo. Es una situación un poco desoladora, pero no deja de ser el reflejo de la sociedad. El cine es un cachito de esa sociedad y se reproduce igual.
 
  • ¿Cómo surgió Carmen y Lola? ¿De dónde vino la idea?

La idea surgió de la realidad, viviendo en Madrid me cruzaba con gitanos y para mi eran grandes desconocidos, y me sorprendió mucho no saber nada de ellos cuando llevan 600 años en España. Eso se mezcló con que yo quería hablar del primer amor, y en el cine siempre había estado retratado desde el punto de vista muy masculino, muy sexual, muy diferente a como viví yo mi primer amor que fue más poético, naif, a los 16 no sabes que quieres hacer en la vida y vas y te enamoras. Y en ese momento, en 2009 vi la noticia de la primera pareja lesbiana gitana que se casaba, salían de espaldas, con nombres falsos, y pensé, han tardado un lustro en casarse y encima tienen que esconderse. ¿Cómo sería esa historia de amor de esas dos chicas? Ese fue el germen de Carmen y Lola.

  • Tienes una larga carrera como documentalista y cortometrajista, pero como fue el principio de todo. ¿Qué estudiaste? ¿Cómo fueron tus primeros pasos? ¿Desde siempre tuviste claro que ibas a dedicarte a esto?

El cine tiene que ser muy vocacional. Como no sea así es muy difícil, tienes que tener empeño y amar está profesión. En mi caso viene desde pequeña, en mi casa eran muy cinéfilos, Recuerdo querer ser directora de cine con 8 años cuando vi Cabaret de Bob Fosse, no entendí nada de la película pero me fascinó. Desde siempre he querido ser directora, así que estudié Comunicación pero en aquella época era todo teórico, nada práctica. De pronto, en tercero de carrera me vi haciendo cortos con compañeros, saliendo a la calle a rodar, buscándonos la vida y ni siquiera termine los estudios de Comunicación. Desde los 18 empecé en este mundo y he tenido la suerte de mantenerme hasta ahora. Es un milagro, porque cuando yo empecé estuve como 5 años sin cobrar, yendo a rodajes, trabajando de figuración solamente por ver un rodaje de cerca. Son cosas que hacemos lo que amamos el cine, te metes en cualquier lio que hay una cámara para empaparte de ello.

  • Me gustaría preguntarte si tienes alguna experiencia laboral que marcará un antes y un después en tu carrera, ¿Fue positiva o negativa? ¿Qué aprendiste de ella?

Sí, conocer a Gabriel Velázquez, que es un director de cine bastante desconocido pero para mi fue vital. Hubo un momento en que abandoné y me metí a trabajar en una empresa, entonces él me llamo para hacer una película, dejé un sueldo fijo, una estabilidad, para volver a meterme dentro del cine e hice la película Amateurs. Y esa vuelta a los orígenes, al cine independiente, fue como ¿Por qué me he ido? Yo no puedo irme de aquí, yo tengo que seguir aquí toda mi vida. Fue una experiencia completamente positiva, porque me llamo para hacer dirección de producción, cuando yo siempre había hecho ayudante de dirección, pero me fascinó el proceso, ver como se organiza todo, ir de cero a tener la película terminada.

  • Por último ¿qué consejo darías a mujeres que quieran dedicarse a esta profesión, directoras, guionistas, productoras…?

Les diría que tienen que tener muy claro que esto es una vocación, que es un camino muy largo y de pulmón, que no hay que cejar nunca en el empeño, porque los sueños se cumplen, y yo soy la prueba viviente, tengo 50 años y es mi primera película, podría haber tirado la toalla, seguramente debería haberlo hecho pero el amor al cine es más grande que el hambre. Lo más especial para mí con está película fue ser la primera mujer española en estar en la Quincena de realizadores en Cannes, ya ha merecido la pena todo, los 6 años de trabajo. Pero no solo por mi sino sobre todo por las dos protagonistas que fueron allí y vieron su película por primera vez ¡Fue increíble!

Autora: Amanda Torres.